A veces involuntariamente no somos conscientes de prever la manera con la que nos estamos tratando a nosotros mismos. Llegamos a creer en realidades inventadas que nos hacen sentir dolor, angustia, estrés, miedo... palabras como no puedo, no se, soy tonto, no valgo ya que aveces nos juzgamos demasiado mal siendo tan exigentes y radicales con nuestras ideas y pensamientos.
Mi vida dió un giro cuando conocà a Ana, no sabÃa el porqué de mi mal estar ni como cambiarlo, querÃa volver a ser quien era. ¡Una persona feliz!
Ella me enseñó muchÃsimas cosas entre ellas tus dos partes o voces, la del ego y la del alma o lo que es lo mismo, la voz del miedo y del amor.
Me enseñó a creer en mi, a escuchar a mi corazón, a soltar el pasado, a amarme. en definitiva muchÃsimas cosas...
Tanto su ayuda como mis ganas hicieron posible mi cambio personal del que hoy estoy muy agradecido.
Y esque somos como un diamante lleno de polvo que impide ver su inmenso valor. Con nuestro aprendizaje, empezamos a limpiar algunas caras de ese diamante. Y a medida que lo vamos limpiando, empezamos a brillar y a mostrar todo nuestro esplendor.
Enviado por José Daniel el 24-01-2019